Por: Luis Flores Olave
Para comenzar esta crónica indicaré dos aspectos ya
mencionados en otros artículos, por ejemplo que los caminos de la vida se
cruzan cuando menos lo esperamos y que el apego a las comunicaciones radiales,
televisión o escritos vienen en la sangre de cada uno como una placa impresa
para circuitos electrónicos en realidad es como el sistema circulatorio de la
persona.
En lo particular, corría 1980 y yo trabajaba como
asistente contable en la Dirección de Vialidad en Cañete, al mando de mi gran
amigo Héctor Raúl Gallardo Jara (hoy ya jubilado) en lo que entonces se llamaba
“Plan Piloto” y al mismo tiempo desarrollaba algunas actividades en Radio
Millaray, esto porque el sueldo no era mucho ya que en el rubro “fiscal” era
cancelado con fondos del famoso y nunca bien ponderado “Plan de Empleo Mínimo”
o “PEM”.
Como en esa época el staff de locutores era de alta
jerarquía con Germán Salas Torres, el flaco Jara y Pedro Mendoza, hacía poco
tiempo se había ido Américo Giuliucci Andueza, algunos teníamos pocas
oportunidades por lo que le planteé primero a mi hermano Francisco Flores
Olave, la creación de un noticiero diario de carácter local. Esta era una idea
loca y nunca antes realizada en la provincia. Francisco “apechuga” con la idea
y se la plateamos al Gran Jefe Luis Arnoldo Cabrera Soto quien nos da el visto
bueno y comenzamos a tirar para arriba.
Se compromete como lector del informativo Germán Salas
Torres y el flaco Jara, este último después decide lo contrario. Voluntario se
ofrece Pedro Mendoza en su reemplazo y Mario Galva