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miércoles, 9 de diciembre de 2009

Destacan al jefe del Gope (cañetino) y un integrante del mismo: un antihualino.

Mario Carrillo Mendoza, actual jefe del Grupo de Operaciones Especiales de Carabineros (Gope) es extensamente destacado en un amplio reportaje del periodista Gazi Jalil de la Revista del Sábado de El Mercurio del 5 de diciembre. Carrillo y su familia es oriunda de Cañete y no es el único integrante del GOPE de la zona que menciona el reportaje, también se destaca la hazaña de Claudio Castro de Antihuala.

Aquí publicamos parte de la entrevista:

El GOPE por dentro

¿Cómo viven los hombres que han desactivado 24 bombas este año? Entramos a su centro de entrenamiento en Cerrillos y esto fue lo que vimos.

Gazi Jalil F. / Revista del Sábado / El Mercurio 5 de diciembre de 2009

Una vez dieron prácticamente por muerto al Comandante Mario Carrillo. Estaba destinado en Punta Arenas y había acudido con su unidad a rescatar un bus de pasajeros en pana en medio de una tormenta de nieve, en plena Patagonia. Durante dos, tres días no se supo nada de él. Un policía le dio la mala noticia a su mujer. Le dijo que había que esperar lo peor.

-Pero lleva sólo tres días desaparecido. Él aguanta cinco días -le contestó.

Los oficiales sentados alrededor de la mesa se ríen cuando Carrillo, hoy jefe del Grupo de Operaciones Especiales de Carabineros (Gope), cuenta la historia.

-Ese es mi límite -dice y hace bailar el hielo en el fondo de su vaso-. Aquí todos sabemos hasta dónde podemos llegar y yo puedo estar cinco días perdido sin nada con qué alimentarme.

Carrillo lo supo en 1990, durante su periodo de instrucción, cuando lo enviaron a un ejercicio de entrenamiento a la cordillera a sobrevivir sin alimentos ni nada. Al quinto día, desesperado, descubrió que podía pescar, comer raíces, hacer fuego y calentar agua en un tarro de duraznos que encontró botado.

Afuera del comedor del Gope, el sol cae implacable sobre el campo de entrenamiento, a unos metros de distancia. En la mañana un grupo practicó tiro al blanco y después hubo una dura sesión de educación física en el gimnasio.

Ahora, otro grupo, afirmado por arneses y cuerdas, desciende por una torre equivalente a un edificio de cinco pisos. En el campo se escucha el ruido de las botas de combate golpeando contra el piso y las órdenes de subir, bajar, correr, cargar, descargar, bloquear. A un lado hay un bus y un viejo avión, usados para simular el rescate de rehenes.

Más tarde, cuando comience a atardecer, un escuadrón armado hasta los dientes derribará a patadas una puerta de una casa especialmente construida para realizar allanamientos.

Dispararán, gritarán, revisarán las piezas y apuntarán a unas figuras de cartulina. Si hubiera sido real, en menos de tres minutos habrían neutralizado a los sospechosos.

Más allá, dentro del acoplado de un camión, duerme Super Aunav, el nuevo robot antibombas del Gope. Pesa 1.700 kilos y fue fabricado en España para desactivar los explosivos de la ETA. Parece una pequeña retroexcavadora, con un brazo de tres metros que termina en una tenaza.

El Gope realiza, en promedio, siete operativos diarios. En 2008, según estadísticas de Carabineros, participó en 474 allanamientos, en la liberación de un rehén, en 28 rescates acuáticos, 29 en la montaña y 31 en la ciudad. Desactivó siete artefactos explosivos y acudió a dos bombas falsas y a 131 paquetes sospechosos. En total, hizo detonar 19 bombas.

Claudio Castro San Martín

El cabo segundo Claudio Castro San Martín sale de la torre en la que dos de sus compañeros intentan descender con cuerdas. El 11 de noviembre de 2006 estaba de vacaciones en casa de su familia en el sector de Antihuala, en la VIII Región, cuando escuchó por la radio sobre un accidente de tránsito a unos cinco kilómetros de allí, cerca de Cañete: un bus que transportaba militares había caído a un río.

Castro partió.

-Fui para colaborar. Estaba capacitado para realizar rescates en un medio acuático -dice.

Cuando llegó se encontró con bomberos, carabineros y el bus completamente sumergido. Sólo se podía ver parte del techo. Ninguno de los 19 pasajeros había sobrevivido, pero

Castro no lo pensó dos veces y se tiró al río.

-Rescaté 11 cuerpos. Estuve cinco horas en eso.

Claudio Castro llevaba tres años de carabinero en la 20° Comisaría de Puente Alto cuando decidió postular al Gope. Dice que le llamaba la atención la disciplina y las especializaciones que ofrecía el grupo de élite. De los 56 alumnos de su generación, sólo terminaron 17. Después del accidente de Cañete, recibió dos medallas por su acción: una del fallecido general Alejandro Bernales y otra de la Presidenta Bachelet.

En una muralla del edificio principal del Gope están colgados los retratos de los siete mártires de la institución. El último de ellos es un militar paraguayo que estaba de intercambio en Chile, muerto durante un operativo. El primero es de 1988 y es un referente entre los miembros del Gope: el mayor Julio Benimelli Ruz, ex jefe del Grupo, quien cayó tras la detonación de una bomba.

El comandante Mario Carrillo dice que decidió entrar al Gope después de conocerlo. En su oficina guarda partes del uniforme que Benimelli usaba.

-Pero siete mártires en 30 años de existencia de la institución no es nada.

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