Breve resumen de la
leyenda escrita por Arsenio Sáez Mora, en diciembre de 1911.

Por otro
lado, el rapto jamás había existido, esto era cuestión de enamorados. Según la
tradición debian caminar durante tres lunas y hasta que cantara el chucao.
Estando en el lugar deberían levantar su ruca. Vagaron por Ranquil, Cupaño,
Arauco y otras aldeas. Hasta que llego la mañana y en un meseta ubicada entre
los Fuertes de Tucapel y Quiapo cantó el ave.
El español al saber que su hija estaba enamorada desistió de la búsqueda, en cambio Millanao hizo caso omiso a las intercesiones de los caciques Pirquilao y Hueramán en favor de Ignacio o los mensajes de perdón que les hacía llegar.
El español al saber que su hija estaba enamorada desistió de la búsqueda, en cambio Millanao hizo caso omiso a las intercesiones de los caciques Pirquilao y Hueramán en favor de Ignacio o los mensajes de perdón que les hacía llegar.
Conocedores
del idilio que vivían muchas parejas levantaron rucas en sus cercanías, ya que,
conocido era su recomendación a la monogamia, su afán de aprender y la búsqueda
del conocimiento. Así gran cantidad de terreno fue aprovechada para las
familias que se asentaban paso a paso.
La Españolita
con el paso del tiempo quizo tener una quinta de arboles frutales por lo que el
indio Ignacio fue hasta Cayucupil a robar unas ramitas de árboles. Entre ellas
unas de álamo que según el relato popular a los mil años daban "manzanas
de oro".
Ignacio
vivió en paz con la gente del gobierno e incluso fue amigo de Don Pedro
Alcántara y secundó al Comisario Zúñiga en la cruenta refriega del 59.
Lamentablemente Zuñiga fue apresado y muerto en Cupaño, luego su cabeza fue
llevada para escarmiento a la plaza de Arauco.
Tras la muerte de Zuñiga muchos de los indios que vivían junto a Ignacio escaparon,ya que, en cualquier momento podrían correr la misma suerte. Las viviendas que quedaron fueron destruidas y de La Españolita e Ignacio no se supo nunca más. Aún así un par de guindos y manzanos sobrevivieron junto tres o cuatro álamos.
Tras la muerte de Zuñiga muchos de los indios que vivían junto a Ignacio escaparon,ya que, en cualquier momento podrían correr la misma suerte. Las viviendas que quedaron fueron destruidas y de La Españolita e Ignacio no se supo nunca más. Aún así un par de guindos y manzanos sobrevivieron junto tres o cuatro álamos.
Mas tarde
ese lugar sirvió de paso para los viajeros entre Cañete y Lebu y luego se
levantaron posadas y asentamientos españoles. De esta manera se extendió la
población de "Los Álamos". De los árboles no se supo mucho, sólo que
fueron cortados hace muchos años y hoy solo se ven sus troncos.
Los
Alamos, diciembre de 1911
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